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22.7.04

dejar de ser AMADOS...
 
Nunca me habia planteado, si realmente existia una diferencia real entre el: deseo de ser amado, y el dejar de ser amado. Pensé que nuestra motivación o deseo era el de ser amado, y no tanto en pensar en el miedo que le puede causar al ser humano el hecho de dejar de serlo. (uix que lio... )

Pero resulta que desde la más tierna infancia, la principal motivación de nuestras actitudes sociales no es el deseo de ser amado (pese a que éste tanto nos condiciona también) ni tampoco el ansia de amar (que sólo nos seduce en nuestros mejores momentos) sino el miedo a dejar de ser amados por quienes más cuentan para nosotros en cada momento de la vida, los padres al principio, los compañeros luego, amantes más tarde, conciudadanos, colegas, hijos, nietos… hasta las enfermeras del asilo o figuras equivalentes en la última etapa de la existencia. El afán de poder, de notoriedad y sobretodo de dinero no son más que paliativos sobrecogidos y anhelosos contra la incertidumbre del amor, intentos de protegernos frente al desamparo en que su eventual pérdida nos sumiría. Por eso afirmaba Goethe que da más fuerza saberse amado que saberse fuerte:
la certeza del amor, cuando existe nos hace invulnerables.
Es en el nido familiar, cuando éste funciona con la debida eficacia. Dónde uno paladea por primera y quizá última vez la sensación reconfortante de esta invulnerabilidad.

 
Según esto.... nosotros que tenemos la "certeza más cierta" de que contamos con al absoluto amor del Dios para nosotros, consumando tal amor, en entregar a su único hijo por amor a nosotros (ejemplo por si no nos habia quedado claro su amor por nosotros)... y no tan solo eso, sino que sabemos que su amor por nosotros no va a cesar jamás.
 
     13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. (2Timoteo 2:13)
 
eso quiere decir que somos INVULNERABLES a cualquier situación adversa que nos pueda venir.
Es genial....!!!
 
    
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor;  y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 1 Juan 4:16



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14.7.04

POR LA BOCA MUERE EL PEZzz....

Eclesiastés 5 (Dios habla hoy)
1 Cuando vayas al templo de Dios, cuida tu conducta: en vez de ofrecer sacrificios como la gente tonta que no se da cuenta de que hace mal, acércate dispuesto a obedecer.
2 No te apresures, ni con los labios ni con el pensamiento, a hacer promesas a Dios, pues Dios está en el cielo y tú en la tierra. Por eso, habla lo menos que puedas,
3 porque por mucho pensar se tienen pesadillas, y por mucho hablar se dicen tonterías.
4 Cuando hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a él no le agradan los necios. Cumple lo que prometes,
5 pues vale más no prometer, que prometer y no cumplir.
6 No permitas que tus labios te hagan pecar, y luego digas ante el enviado de Dios que lo hiciste por error. ¿Por qué hacer que Dios se enoje por lo que dices y destruya lo que has hecho?

Eclesiastés 5 (reina valera)
1 Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie. Acércate más para oir que para ofrecer el sacrificio de los necios, quienes no saben que hacen mal.
2 No te des prisa a abrir tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios, porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra. Sean, por tanto, pocas tus palabras.
3 Porque de las muchas ocupaciones vienen los sueños, y de la multitud de palabras la voz del necio.
4 Cuando a Dios hagas promesa, no tardes en cumplirla, porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.
5 Mejor es no prometer que prometer y no cumplir.
6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni delante del ángeldigas que fue por ignorancia. ¿Por qué hacer que Dios se enoje a causa de tus palabras y destruya la obra de tus manos?
7 Pues, donde abundan los sueños abundan también las vanidades y las muchas palabras.
Pero tú, teme a Dios


Es buenisimo, dice que cuando vayamos al templo de Dios, ante su presencia... vayamos dispuestos a obedecer y no tanto a ofrecer sacrificios, a hablar demasiado, y a hacer promesas que no vamos a cumplir.

Me recuerda a veces a los llamados que se suelen hacer. Cuantas veces movida por la emoción del momento, he dicho y prometido cosas que después no he hecho...
Quizás Dios que ve el corazón, hubiera preferido que me callara la boca y que le pidiera ayuda porque queria intentarlo... en vez de prometerle algo que luego no he podido cumplir...
Tantas veces nos lo tomamos a la ligera...






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