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19.3.11

Reavivar el blog: una de salmos 

Hace 10 años, durante un curso de entrenamiento Bíblico que hice en Ámsterdam, decidí estudiar los salmos de David. Quería profundizar en ellos porque nunca había entendido realmente para qué servían, y también quería profundizar en el personaje bíblico de David. A lo largo de los años he ido retomando este proyecto a ratos, y ahora estoy acercándome al final.

Quiero compartir lo que escribí (y sigo escribiendo) con vosotros. Quizás nos sirva para conocer más a Dios a través de los ojos de uno de sus mejores amigos, del único que Dios dijo que vivió "conforme a mi corazón". Mi intención no es hacer un estudio teológico profundo de cada salmo, sino más bien destacar los puntos clave de los salmos para aprender a orar, alabar y vivir como David: conforme al corazón de Dios.

Iré poniendo un salmo al día. Empezaré por el principio pero únicamente voy a hablar de los salmos escritos por David (salvo alguna excepción). Normalmente la estructura será un breve análisis del texto y después una reflexión de cómo aplicarlo a nuestras vidas. También veréis (espero) una mejora en estilo y análisis de salmo a salmo. Os invito a leer, comentar, añadir vuestras propias perspectivas o incluso contribuir con análisis propios de éstos salmos u otros adicionales y así juntos podríamos completar un estudio amater del libro.


Salmo 1
(leer salmo)

El hombre justo, quien constantemente piensa sobre y medita en la ley de Dios, puede pasar tiempos difíciles, aguantar "mal clima", pero siempre "dará fruto en su tiempo" (v.3).

Este salmo parece pertenecer a Proverbios: nos exhorta a pensar antes de actuar. Los frutos no son solo para largo plazo - el reconocimiento del Señor (v.6) - sino también para prosperar aquí y ahora en la tierra (v.3).

¿Qué significa la palabra impío aquí? ¿Quiénes son los impíos? El verso 4 les pinta como personas que no están amarradas a un sistema moral o ético fijo. Aquellos que no defienden sus principios, sino que son llevados de aquí para allá por el viento. Y a nadie le importa lo que les pase, ninguno está realmente preocupado por ellos.

(añadido) Meditar en la Palabra de Dios como firmamento de nuestra vida es lo que nos da raíces para el día difícil. Las personas que no solo conocen la Palabra de Dios, sino que además lo han masticado y puesto a prueba día sí y día también, están amarrados a algo que les permite vivir con firmeza y tomar decisiones con coherencia. Éste es el ejemplo Bíblico de una persona bienaventurada. El "impío", por otro lado, es la persona que no tiene raíces en nada. No es que sea malo, sino que no se ha enraizado en nada, y acaba arrastrado en mil direcciones hasta perder incluso el contacto significativo con las personas.

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